Cuando hablamos de cirugía estética, el aumento de pecho o la liposucción suelen ser los primeros procedimientos que vienen a la mente. Sin embargo, cada vez más personas buscan mejorar otras zonas del cuerpo, y entre ellas, el aumento de glúteos se ha consolidado como una de las intervenciones más solicitadas.
La gluteoplastia, o cirugía de aumento de glúteos, permite mejorar la forma, firmeza y volumen de las nalgas, obteniendo un contorno corporal más armónico y estilizado. Este tratamiento es ideal para personas con glúteos planos, flácidos o poco definidos, y puede realizarse mediante distintas técnicas adaptadas a las características físicas de cada paciente.
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¿En qué consiste la gluteoplastia?
La gluteoplastia es una intervención quirúrgica de cirugía plástica que busca aumentar y moldear los glúteos para lograr un resultado más estético y proporcionado. Está indicada tanto en mujeres como en hombres que desean mejorar el aspecto de sus nalgas, ya sea por falta de volumen natural, flacidez asociada al envejecimiento o pérdida de tonicidad por cambios de peso.
Según el caso, se puede realizar bajo anestesia local, epidural o general, y suele complementarse con otros procedimientos como el lifting de glúteos, especialmente si hay un exceso de piel que impide un resultado firme y elevado.
Técnicas para aumentar los glúteos
Existen dos métodos principales para realizar un aumento de glúteos. La elección entre uno u otro dependerá de factores como el tejido disponible, la constitución corporal del paciente o el resultado deseado.
1. Aumento de glúteos con prótesis de silicona
Es la técnica más adecuada para personas delgadas, que no disponen de suficiente grasa corporal como para realizar un injerto.
Consiste en:
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Realizar una incisión discreta de unos 5 cm en el pliegue interglúteo, donde quedará camuflada.
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Colocar una prótesis de gel de silicona altamente cohesiva a nivel intramuscular, lo que garantiza un resultado natural y estable.
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El implante está especialmente diseñado para adaptarse a la forma anatómica del glúteo, aportando mayor proyección y firmeza.
Este procedimiento tiene una tasa de éxito alta y los riesgos asociados son similares a los del aumento de pecho. Los resultados son duraderos y permiten una mejora significativa del contorno corporal.
2. Lipofilling o transferencia de grasa autóloga
Otra opción para aumentar los glúteos es el injerto de grasa propia del paciente. Es ideal para quienes cuentan con acumulaciones de grasa localizadas en zonas como el abdomen, los flancos o las caderas.
El procedimiento se realiza en tres fases:
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Se extrae grasa mediante una liposucción suave en las áreas seleccionadas.
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La grasa se purifica y filtra para garantizar su viabilidad.
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Se reinyecta en los glúteos, modelando la forma deseada con precisión.
Esta técnica permite no solo mejorar el volumen y la forma de los glúteos, sino también definir mejor la silueta corporal en general, al eliminar grasa no deseada de otras zonas.
¿Qué resultados se obtienen con la gluteoplastia?
Tanto si se opta por prótesis como por lipofilling, el objetivo es el mismo: unas nalgas redondeadas, firmes y proporcionadas, que encajen con la anatomía del paciente y su estilo de vida.
La gluteoplastia es una intervención segura cuando se realiza en manos expertas y proporciona una mejora evidente en la autoestima, la comodidad y la armonía corporal.
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